Por estas fechas más o menos de hace tres años, en concreto en el 2011,
paseando por el dacktari del safari Aitana, me encontré de golpe y
porrazo con el animal que os muestro en la primera foto. ¡No podía
creérmelo! ¡Era un tigre! ¡El animal que siempre he admirado por su
belleza y su fuerza lo tenía a mis pies. Era una cachorrilla de apenas
un mes. Se llamaba Bindi, y desde ese momento me quedé prendado de ella.
Le pregunté a la cuidadora del Dacktari, Chelo, que cómo era posible
que me hubiese podido encontrar con algo así. Me comentó que era la
única superviviente de una camada. Su madre,Soraya, parece ser que por
ser primeriza no quería cuidarla, y los responsables del safari la
estaban cuidando a base de biberones. Esta cuidadora fue de lo más
amable, y me permitió, siempre bajo su supervisión, jugar un poco con
ella. Fueron momentos que nunca olvidaré porque Bindi era el no va más
de graciosa.
Este safari lo había visitado la primera vez en el 2008, y tras estar un
buen rato jugando con Bindi, fuimos a ver al resto de animales. Como en
la anterior ocasión todo aquello me pareció maravilloso. Lo pasé
genial. Pero a partir del descubrimiento de Bindi, me dije a mí mismo
que tenía que ser testigo de excepción de su "vida y milagros", y que no
sería la última vez que la iba a ver. Como así ha ido ocurriendo.
La siguiente vez Bindi tenía dos meses y medio aprox, y nada más llegar al safari lo que hice, como no podía ser de otra manera, fue ir a verla. Se le notaba algo el mes y medio que había pasado, y ya no era tan bebé. Chelo, la cuidadora, en esta ocasión, y visto lo que me encantaba estar con mi tigresa preferida, propició que pudiese darle el biberón. Yo iba de sorpresa en sorpresa porque si ya era algo completamente inusual poder estar tan cerca de un cachorro de tigre, darle el biberón para mí era impensable. Bindi se encontraba en un recinto, en compañía de un mapache. ¡Había que verlos cómo jugaban!. Era pequeñá, y el mapache no le tenía ningún miedo, todo lo contrario, la provocaba, y hacía que Bindi a veces, le dejase bastante claro, que aunque era muy pequeña aún, era un tigre, y que ojito con ella.
No es menos cierto que Bindi era muy traviesa, y no dejaba de incordiar a
todo ser viviente, llámense Llamas, o puercoespines. Ella era un tigre,
y la "jefa" de todo aquello. Alguna reprimenda se llevaba, aunque
parecía que tampoco es que le importase en exceso.
Con cada una de visitas, como no podía ser de otra manera, cada vez la
veía más y más grande, y ya desgraciadamente me tenía que conformar sólo
con verla a escasa distancia. Ya no podía tocarla ni estar en un
contacto tan estrecho con ella porque aunque el animal jugando no
quisiera, sí que podría hacer daño, pero bueno, yo seguía encandilado
con ella. A continuación unas fotos de cómo Bindi iba creciendo.
Éstas son las últimas fotos de Bindi en el Dacktari. A partir de aquí, a Bindi la trasladaron a un recinto para compartir estancia con los tigres Nepal y Bhutan. Dos tigres acogidos por el Safari procedentes de un circo y que posiblemente la aceptarían, ya que en el recinto de los otros tigres donde están sus padres, Junior y Soraya, no podían porque seguramente su vida iba a estar en serio peligro. Como se pensaba...Bindi sí que fue aceptada por estos tigres tras un pequeño periodo de aclimatación.
Tras unos cuantos meses volví, y qué poco quedaba ya de aquel cachorrillo que conocí. Para mí fue impresionante ver el cambio que había dado.
Aunque parezca otra cosa, en esta foto Bindi está bostezando
Y bueno, que el tiempo ha ido pasando, y Bindi no para de crecer. Según sus cuidadores, sigue siendo igual de juguetona y cariñosa que siempre. Yo también lo noto cuando la veo, pero claro, ya es un tigre adulto, y aunque cuando ve gente que parece conocer, Bindi se restrega contra la alambrada quizás solicitando algun tipo de caricia...ya eso es impensable porque ahora sí que verdaderamente puede hacer mucho daño aunque el animal no quiera.
Cómo colofón a este post, comentar que el Safari Aitana actualizó su página web, y en ella ví que se podían apadrinar algunos animales. No podía dejar pasar la oportunidad de ser yo quien apadrinase a Bindi, "mi tigresa preferida" que tan buenos momentos me ha hecho pasar. Solicité a la jefatura del zoo poder apadrinar a Bindi en concreto, y aceptaron, siendo conocedores de mi gran afecto por este animal, con lo cual y a día de hoy, oficialmente Bindi ha pasado a ser la parte "mas salvaje" de mi familia.
Os dejo algunas fotos más, hasta el martes pasado que fue la última vez que la vi 15-04-2014. Bindi tiene tres años.
Vídeo de los dos primeros años de Bindi