A continuación os dejo un escrito del blog de "El monaguillo", precioso, tierno, y que describe perfectamente ese "glorioso día" en el que Tordesillas y sus gentes asesinaron salvajemente a otro Toro de la vega. Digno de leer.
Mañana todos hablarán de mí. Mañana tendré mis quince minutos de gloria. Mañana haré historia.
Ahora estoy concentrado, tengo por delante, mi partido final, el último. Sé que está todo completamente amañado, salgo a perder.
Una final un poco injusta, en mi equipo solo juego yo, y ellos son muchos, que digo muchos…..muchísimos. Casi no me dará tiempo a contarlos.
Eso sí, demostraré mi raza hasta el final, no puedo dejar a mis antecesores en mal lugar. Seguro que habrá lesionados, seguro que el gran árbitro no verá ninguna de las faltas que me hagan, seguro que todos me silbaran desde la grada. Aún así, salgo a morir al campo.
Intentaré esquivar los primeros golpes, así disfrutaran mucho más con mi bravura y ellos lo darán todo.
Cuando todos estén encima de mí en una gran melé, los miraré a los ojos, os lo prometo, quiero pensar que algún corazón podré tocar, alguien sentirá como me empiezo a marchar, alguien no vendrá a jugar el año próximo, entre ellos yo.
A partir de este momento nadie me recordará, solo seré uno más. Uno más que les hizo disfrutar, uno más al que nadie pidió permiso y sobre todo mañana seré: una vida más con la que pasar un gran día de fiesta.
Espero ser recordado como el último. La última injusticia. El último partido. Aún queda una esperanza.
Rompo una lanza por la vida.